EL “INTERÉS DEL MENOR”: ESE GRAN DESCONOCIDO.
Pues sí, y es que basta con ver cómo se gestionan habitualmente los procesos de divorcio con hijos para saber que no es cierto que la prioridad sea velar el “el interés de menor”.
¿Quién habla por ellos? Y lo más importante, ¿QUIÉN LOS ESCUCHA?
En muchas ocasiones, son padres y madres que defienden su postura con la mejor de las intenciones, pero inmersos en su propio duelo, con demasiadas cosas que decidir en uno de los peores momentos de sus vidas.
Por otro lado, están jueces y fiscales que tienen la función de proteger a un menor que no conocen y que únicamente disponen de la información que les ofrece cada una de las partes. Tras entrevistar al menor unos minutos o en el mejor de los casos, tras valorar el informe aportado por el equipo psicosocial del juzgado (sobre los que ya se ha pronunciado el Defensor del Pueblo Andaluz, tal y como puedes comprobar en el enlace de más abajo) se dicta una sentencia marcando las pautas de lo que será la nueva organización familiar tras la ruptura.
Hay algo que tengo muy claro, cuando alguien toma la decisión de divorciarse, una de las cuestiones que más suele angustiarle es cómo les va a afectar la ruptura a sus hijos.
La buena noticia es que ellos no les “traumatiza” el divorcio, sino el conflicto permanente.
Pero por desgracia la forma habitual de tomar decisiones, evidencia que ese protagonismo de los menores durante el proceso judicial no es real.
Y es que raramente se incorpora en los procesos de divorcio un PLAN DE PARENTALIDAD, que no es ni más ni menos que ofrecerles ayuda profesional para que puedan analizar:
– la realidad de cada familia en relación a su implicación y trayectoria en relación a sus hijos.
– las circunstancias que existen en el momento de la ruptura.
– Valorar y concretar la mejor opción que permita una estabilidad para todos los miembros de la familia y muy especialmente, para los hijos.
Cuando digo concretar se trata de que tras la elaboración del plan de parentalidad, todos los miembros de la familia dispongan de la organización y estabilidad necesaria para esta nueva etapa familiar. No es un convenio regulador.
Tampoco se trata de pretender que las ex parejas sean amigos, seguramente sea lo que menos les apetezca en estos momentos, pero sí que es necesario disponer de un canal mínimo de comunicación para poder abordar todo lo relacionado como padres
Os puedo asegurar que el disponer del espacio suficiente para poder trabajar un plan de parentalidad funciona doblemente:
– PARA PADRES Y MADRES QUE DECIDEN DIVORCIARSE: es un “baño de realidad”, pues le ayuda a dejar de lado peticiones abstractas para concretar una propuesta para su día a día y el de sus hijos tras la ruptura (unificación de criterios educativos entre padres, reparto de tiempos, cómo se tomarán las decisiones relativas a cambios de domicilio, colegio, además de todas las cuestiones jurídicas necesarias…)
– PARA JUECES, JUEZAS Y FISCALES: es una herramienta muy potente puesto que, al ser muy detallada y adaptada a la cotidianidad de cada familia, les ayuda a eliminar incertidumbre sobre por qué la propuesta es la más adecuada para los menores.
El TRIBUNAL SUPREMO ( STS 722/2016, 5 de diciembre de 2016, STS 638/2016, 26 de octubre de 2016) ya lo exige en su jurisprudencia, siendo ya en alguna comunidad autónoma obligatoria para todos los procedimientos de familia que versan sobre guardia y custodia.
Pero como te decía en mi PRIMERA VERDAD INCÓMODA todavía optamos por el camino más rápido o al menos, el más conocido para después darnos cuenta de que la sentencia no acaba con el conflicto sólo lo amordaza.
Así que para muchos menores, tras el divorcio la comunicación entre sus padres y madres es inexistente en el mejor de los casos, o de continua tensión y conflictos ante cualquier situación que implique tener que tomar una decisión conjunta.
Lo cual obviamente tiene consecuencias negativas para su estabilidad emocional y familiar.
Para muestra, te dejaré más abajo un enlace a un estudio que concluye que los hijos/as de padres divorciados que no mantienen ningún tipo de relación entre ellos tendrán peor rendimiento educativo que los hijos/as de padres divorciados sin conflicto, pero no tanto como los hijos de padres divorciados con conflicto.
Es entonces cuando uno de los padres empieza a percibir un cambio de comportamiento en su hijo/a, y le preocupa que también “ha bajado mucho las notas este curso “, siguiendo habitualmente los siguientes pasos:
-Se centrará en buscar una academia de refuerzo escolar para ver si remonta este trimestre.
-Comunicarle/exigirle al otro progenitor/a que pague el 50% de dicho importe.
-Si éste se niega, solicitará asesoramiento a abogado/a para saber cómo reclamar ese gasto extraordinario que nos asesorará jurídicamente al respecto.
-El cuarto paso, ya es “un mundo de posibilidades” …
FANTÁSTICA SOLUCIÓN PARA “VELAR POR EL INTERÉS DEL MENOR” …
Se vuelve a esperar que jurídicamente se solucione una situación familiar.
Pero no creo que si le preguntaran a un niño de 3 ni de 13 años qué necesita en esos momentos fuera esa la respuesta…
Soy abogada de familia y me gusta mi trabajo, pero precisamente por ello creo importante integrar herramientas que nos ayuden a mirar más ampliamente una ruptura de pareja con hijos, sabiendo que lo que se decida en ese momento puede tener un gran impacto en la vida familiar y muy especialmente en la de los menores.
Por ello, siempre defenderé que valorar la posibilidad de incorporar en cada caso los planes de parentalidad, la mediación o la coordinación parental ofrece otras respuestas posibles, nunca diré que infalibles, pero sí que muy necesarios en muchos casos para “VELAR POR EL INTERÉS DEL MENOR”
Me encantará saber tu opinión, puedes escribir en el blog o si lo prefieres a mi dirección de correo maribelmediacionjaen@gmail.com.
Gracias por tu tiempo.
Enlaces mencionados en el post
https://www.defensordelpuebloandaluz.es/sites/default/files/ndp_equipos_psicosociales.pdf
http://www.reis.cis.es/REIS/PDF/REIS_158_031491547705524.pdf
Totalmente de acuerdo. Nosotros nos divorciamos y, lo primero que hicimos fue un Plan de parentalidad o Acuerdo de mediación y, pese a mis iniciales resistencias, fue, sin duda, lo mejor que hemos hecho por los niños ya que en el Juzgado atenderían de forma génerica a nuestras demandas en pro de lo que consideramos mejor para ellos desde nuestro punto de vista individual y personal pero nunca con la dedicación y la especialidad que requiere cada familia (ya que cada familia es un mundo, ninguna es igual). No hay que olividar que aunque el resultado no haya sido el que ambos como pareja deseábamos, siempre seremos FAMILIA, y él/ella siempre será el padre/madre de tus hijos, con quien tendrás que comunicarte más frecuentemente de lo que puedas pensar. Mientras más encaje tenga en la familia y en los hijos el instrumento que regule nuestras relaciones, mayor FELICIDAD nos aportará a todos y cada uno, a ellos los primeros y a nosotros su padres los segundos.
Totalmente de acuerdo. Cuidar el CÓMO es algo que vuestros hijos siempre os agradecerán.
Muchas gracias por tu aportación.
un abrazo
Maribel Montero
Felicidades de nuevo por el maravilloso artículo Maribel. Son claves que pueden ayudar muchísimo al largo camino que viene detrás de una decisión tan difícil y responsable a la vez.
Enhorabuena por tu profesionalidad y te animo a que sigas adelante con estos faros que colocas a modo de artículos
un saludo