Una forma de incorporar un servicio de mediación a tu despacho a coste cero.
Incorporar la mediación a tu despacho abrirá nuevas oportunidades profesionales y aumentará la satisfacción de tus clientes.
UNA OPORTUNIDAD PARA TU DESPACHO, PARA TI Y PARA TUS CLIENTES.
¿QUÉ NECESITAN TUS CLIENTES? Para responder a esta pregunta te ayudará a conocer sus expectativas y consolidar esa relación de confianza que te convierta en su “profesional de cabecera”.
¿CUÁL ES EL COSTE PARA TI? Piensa en el último asunto de tu despacho que te haya resultado especialmente agotador, y los motivos de dicha complejidad.
¿Son por cuestiones meramente jurídicas? ¿En qué porcentaje dirías que aspectos emocionales o de comunicación de tus clientes han dificultado ese asunto?.
¿Realmente es posible gestionar una crisis matrimonial, una guardia y custodia de menores, un reparto de herencia dejando las emociones en la entrada de tu despacho?.
¿Cuántos borradores de convenios reguladores nunca llegaron al juzgado?
¿Consideras que la solución final a ese asunto ha resultado satisfactoria para tus clientes y ha resuelto el problema de fondo?
¿Sientes que ese asunto ha supuesto una inversión excesiva de tiempo y esfuerzo que ni siquiera tus clientes han sabido valorar?.
¿HABLAS EL MISMO IDIOMA QUE TUS CLIENTES?
Seguro que desde tu despacho procuras ser honesto y dedicas a tus asuntos toda tu atención y profesionalidad, dedicándole tu bien más preciado, TU TIEMPO.
Pero ¿HABLAS EN MISMO IDIOMA QUE TUS CLIENTES?. A veces, como profesional necesitas que el proceso avance, que tu cliente se centre y pueda ver la situación con objetividad. Necesitas presentar tu demanda, concretar unas medidas civiles pero a veces la situación personal y emocional de tu cliente no te lo pone fácil.
A continuación te muestro un traductor letrado/cliente:
- El uso del domicilio conyugal/ mi casa, mi sueño, donde creí que viviría toda la vida con mi pareja.
- Mobiliario y ajuar doméstico/ los muebles que me compraron mis padres y la tele de plasma que todavía estamos pagando.
- Guardia y custodia/ no quiero perder a mis hijos.
- Régimen de visitas/no pienso ser un padre/madre de fin de semana.
- Pensión de alimentos/ con lo que gano no tengo ni para vivir/ con esto no comen mis hijos…
- Contestación a la demanda/ no pienso darle el divorcio.
¿Y SI PIERDO CLIENTES?
Antes de responder a esta pregunta, ponte en el lugar de tu cliente:
- Le ayudas a resolver su problema desde un punto de vista jurídico, familiar y personal.
- Proporcionas un espacio donde poder diseñar un acuerdo “a su medida”.
- Tiene un equipo de profesionales (tú como letrado/a y este servicio de mediación) para responder de una forma integral a su problema.
- Los honorarios son razonables y ajustados al servicio profesional ofrecido.
- Se incluye un seguimiento del acuerdo alcanzado para valorar la eficacia del servicio.
Ahora puedes responder a la pregunta…¿Si tú fueras ese cliente, contarías con tu servicio integral de mediación y letrado?.
Además, desde este servicio, te garantizamos (a través de la correspondiente hoja de encargo profesional) que tú serás en todo momento la persona de referencia en cualquier aspecto jurídico para:
- Resolver cuestiones jurídicas que surjan durante el proceso.
- Homologación judicial de acuerdos alcanzados en el proceso de mediación.
¿POR QUÉ NO HACERLO YO MISMO/A?
POR RAZONES DE ÍNDOLE PRÁCTICA. No tendrás que preocuparte de:
Obtener la formación en mediación exigida.
- Aplicación práctica. Como muy bien sabes, dista mucho el ser licenciado de ser un buen abogado. Pues esta misma lógica es aplicable para el ejercicio profesional de la mediación. Aunque la reciente normativa estatal tan sólo exige una formación de 100 horas, la práctica de la mediación exige una formación, experiencia y entrenamiento en técnicas y herramientas concretas para que el proceso de mediación sea eficaz y útil para tus clientes.
- Reciclaje formativo: no tendrás que ocuparte de cumplir con el requisito exigido de cursar periódicamente formación del reciclaje para el ejercicio profesional de la mediación.
- Instalaciones adecuadas: en mediación es importante cuidar hasta el último detalle, en nuestro caso, disponemos de un despacho especialmente diseñado para la práctica de la mediación.
- Más tiempo para otros asuntos y para ti: el tiempo que le dedicarás a los asuntos derivados en mediación se reducirá considerablemente el cual podrás dedicárselo a otros asuntos o a salir antes del despacho (seguro que lo agradecerás…)
EN RELACIÓN AL EJERCICIO PROFESIONAL. Desde mi experiencia como mediadora, considero fundamental separar el rol de letrado/a y de mediador/a por diferentes motivos:
- Para ayudar a tus clientes a que se impliquen realmente en el proceso de mediación. Resulta difícil que esta idea de innovación “cale” en tus clientes si la mediación lleva a cabo por la misma persona y en el mismo lugar que en el que normalmente se aborda el asesoramiento jurídico y la defensa judicial de sus intereses. Ellos te identifican como su abogado/a y será difícil que te vean de otra forma.
- para evitar una posible incompatibilidad letrado/mediador: si actúas como mediador no puedes intervenir como letrado así que si las partes llegan a acuerdo en mediación, tú no podrías actuar como letrado para la homologación judicial de ese acuerdo o como asesor jurídico en el proceso de mediación. Además, si no llegas a cuerdo, tampoco podrías actuar como letrado con alguno de dichos clientes en el proceso judicial posterior.
- reduce considerablemente la carga de trabajo de su despacho: en aquellos asuntos que usted derivase al servicio de mediación, vería cómo las horas de dedicación a dichos asuntos se minimizarían notablemente ya que sería en las sesiones de mediación donde se abordarían dichos conflictos por lo que su intervención como letrado/a se reduciría a homologar el acuerdo alcanzado en mediación y, en el caso de que las partes lo soliciten, intervenir en algún momento del proceso como asesor de ambas partes.