Hoy os traigo la entrevista que hace unos días realicé a Cristóbal Villanueva, Orientador de Instituto de Educación Secundaria Jabacuz.
Fue una conversación de la que aprendí mucho y en la que fundamentalmente me quedaron claras dos cosas: el efecto dominó que provoca los conflictos de casa y, en segundo lugar, la importancia de que existan profesionales que como él, entiendan la atención a sus alumnos/as de una forma integral.
Cristóbal, ¿desde tu trabajo y según tu trato con los alumnos, percibes situaciones de divorcio o separación de los padres de tus alumnos? Sí, la verdad es que con 850 alumnos es muy habitual. Hay muchos padres que se separan si bien no de todos los casos tengo conocimiento. Cuando llegan a mí es porque hay algún tipo de conflicto o me solicitan algún tipo de documento para demostrar que son responsables con sus hijos. Generalmente llegan a mí porque a los alumnos les afecta.
¿De qué manera les afecta? Bueno, no podría dar unos datos estadísticos ni podría generalizar pero te contaré algunos casos significativos. Por ejemplo, la semana pasada en el que un alumno que había abandonado bachillerato como un acto de rebeldía por la situación que se estaba dando en su casa y con la que él no estaba de acuerdo.
Sus padres había decidido separarse y dado que según contaba él no se le había tenido en cuenta, dejó de estudiar. Un alumno que había sido brillante hasta 4 de la ESO y empezó a suspender asignaturas y ha abandonado bachillerato.
En otro caso muy parecido, el año pasado un alumno dejó de venir a clase y lo justificaba como que si ellos no cumplen con su obligación de llevarse bien yo tampoco cumpliré con mi obligación de venir a clase.
Era su forma de protesta contra esa situación familiar.
Creo que en muchas ocasiones nos cuesta comunicarnos en general y los hijos al igual que todos, utilizan las herramientas de las que disponen. En este caso su forma de protesta fue abandonar los estudios. Fue una pena porque en ese caso concreto, seguramente los padres hacían bien en separarse por la situación que al parecer existía en casa.
Esto último que dices de que posiblemente el divorcio era lo más aconsejable para esta familia, me recuerda a un artículo que comentaba hace unos días de José Antonio Marina https://mediacionjaen.com/un-divorcio-traumatico/ que recogía un estudio que durante tres décadas se había desarrollado y que arrojaba la conclusión que lo que verdaderamente afecta a los hijos/as es la hostilidad entre sus padres, divorciados o no.
Efectivamente, hay padres que consiguen llevar bien su divorcio, aunque lamentablemente no es lo que lo mayoritario, pero en otras ocasiones se dan situaciones verdaderamente lamentables para sus hijos, y a situaciones muy dolorosas.
Recuerdo a una alumna que me buscó para contarme lo mal que se sentía porque su padre ni siquiera la saludaba a pesar de haber estado anteriormente muy unida con él. Lo estaba pasando verdaderamente mal.
Según me contó, la relación entres sus padres era muy mala y se estaba utilizando a su hija como arma arrojadiza contra la madre entendiendo que sufriendo aquella también sufriría la madre. Al cabo de unos meses volví a hablar con la alumna y me reconoció que ya se había acostumbrado. Lo cual me pareció tremendamente penoso que el padre perdiera a su hija y que esa hija perdiera a su padre.
¿Ante situaciones así, qué se puede hacer desde el departamento de orientación? Bueno, en primer lugar, limita el hecho de tener 850 alumnos lo cual condiciona mucho mi trabajo. Pero por otro lado, pienso (aunque tampoco lo piensan así todos los orientadores) que para que el alumno/a pueda centrarse en sus estudios necesitan que en su casa haya unas cuestiones básicas que estén bien y me preocupa también esa situación.
Si bien a nosotros, como centro educativo únicamente nos debería de preocupar el rendimiento académico pero entiendo que lo que viven en casa es también muy importante.
Y en relación a esto último, si bien ya has comentado algo ¿cómo consideras que estas situaciones les afecta al rendimiento académico? En algunas ocasiones sí que les afecta si bien en otras ocasiones, aunque se observe que el alumno/a lo está pasando mal, no le afecta a sus notas. Aunque yo siempre que puedo les atiendo si percibo que están mal incluso si el rendimiento académico no se resiente.
Cristóbal, ¿observas cambios en su comportamiento, más allá de su rendimiento escolar? Sí, la rebeldía de la que hablábamos no es sólo en la casa, es también en el aula.
Además si en su casa lo primero que han desayunado ha sido una bronca entres sus padres lógicamente no vienen aquí centrados y tranquilos. A veces su comportamiento es muy disruptivo y se observan malas relaciones con los compañeros/as.
El ser humano aprende por imitación y de alguna manera reproducen en el aula la forma de relacionarse que ven en su casa.
¿Qué voz crees que tienen ellos/as para que se les escuche? Lo digo porque volviendo al caso de la alumna que nos comentabas, he entendido que se dirigió a ti como consuelo o ante la necesidad de poder compartir lo que le estaba pasando con alguien. Desde tu visión profesional, ¿crees que tus alumnos en este tipo de situaciones han tenido su espacio para poder expresar lo que sienten y tener respuestas sobre todo lo que les preocupa?
Yo creo que generalmente, no. Quizás en aquellas situaciones en las que se divorcian de manera amistosa, se tiene en cuenta ese espacio. Pero generalmente, no se suele tener en cuenta su opinión ni o se les da la oportunidad de expresarla.
Imagino que para los hijos esto debe generar una situación de impotencia, de que están asistiendo al derrumbamiento de algo en lo que ellos no pueden hacer nada.
¿Alguna situación concreta que consideres conveniente destacar en relación a sus padres/madres? Sí, en ocasiones han venido a verme padres en un principio para interesarse por sus hijos/as pero que han terminado contándome cómo se sienten y generalmente recriminando la actuación del otro.
¿Cómo crees que propicia el que los padres estén constantemente reprochándose la falta de implicación del otro para que el hijo/a no se responsabilice de su propio comportamiento? Como te he comentado aprendemos por imitación y además, estudiar no suele ser algo agradable por lo que si a casi todos los padres y madres les cuesta que sus hijos se impliquen con su estudio, cuando existen estos problemas, el hijo/a tiene la excusa perfecta para no hacer aquello que no le apetece.
Además aquí influye mucho la falta de coordinación y control entre los padres en el tema educativo por lo que al alumno/a le facilita no hacer aquello que no quiere.
Aquí entiendo que él no unificar criterios educativos tras la ruptura de pareja pasa factura. En muchas ocasiones, cuando hay convivencia un padre/madre delega en el otro/a por lo que aunque no estén de acuerdo en algunas cosas que se hacen uno acaba por hacer esa labor. Cuando existe conflicto entre ellos, surge más claramente esa disparidad de criterios y ahí el hijo/a tiene más fácil hacer lo que le apetece o no hacer caso a ninguno de los dos.
Me gustaría saber tu opinión sobre una herramienta, entiendo que muy valiosa para todas estas situaciones que suponen una etapa nueva para toda la familia llamada Plan de Parentalidad con el que se pretende “ordenar el futuro de los hijos” estableciendo de una forma concreta y clara de tiempos de estancia con ambos padres, el reparto de las responsabilidades, unificar criterios educativos y mantener una buena comunicación en relación a los hijos.
¿Crees que ayudaría a evitar situaciones como las que ves en tu centro educativo? Seguro que ayudaría, incluso escuchándote creo que sería muy útil desde el mismo momento que el niño nace. En mucha ocasiones en las casas se anda “apagando fuegos” y sin organización de ningún tipo.
De hecho, nos encontramos alumnos que pasan las tardes solos, o que están sometidos a demasiadas actividades extraescolares, que están atendidos siempre por otras terceras personas, etc. Por ello te digo que posiblemente sería muy útil ese plan de parentalidad desde que el niño nace.
Además, es fundamental la conciliación, lo cual es muy difícil todavía en este país, por lo que hay padres y madres que aunque estén de acuerdo entre ellos, horarios laborales impiden el que puedan estar con sus hijos. Esto en situaciones de ruptura, se agudiza aun más.
Pascual Ortuño, magistrado y muy implicado con la mediación, se refiere al Plan de Parentalidad como una “herramienta de reflexión personal” ya que va más allá de los acuerdos alcanzados. El hacer uso de él, permite a los padres en un momento emocional muy complicado, parar y reflexionar sobre cómo gestionar todo esto antes de judicializar una situación y entrar en una dinámica contenciosa.
Normalmente, cuando falta esta reflexión, se suele mezclar aspectos jurídicos, económicos con otros de índole personal, emocional y familiar. Esto me recuerda la comparación que alguna vez utilizo del divorcio con un triángulo en el que cada lado representa los tres pilares fundamentales para gestionar el divorcio con el menor coste emocional, familiar y económico posible. https://mediacionjaen.com/quiero-la-custodia-compartida-de-mis-hijos/
Entiendo que aprovechando un espacio como la mediación para trabajar el plan de parentalidad es posible abordar todas estas cuestiones para llegar a acuerdos realistas con la situación de cada familia.
Entiendo, pero creo que sería muy útil que por parte de la propia administración se facilitara el acceso a la mediación. Me parece muy interesante esta opción. Creo fundamental que se cuide el cómo se separan los padres ya que por desgracia en muchas ocasiones se separan de forma conflictiva y afecta a los hijos/as.
Mil gracias Cristóbal por tu tiempo.